Blog creado por petición popular para recoger percances diversos a los que un madrileño desplazado en la Ciudad Condal se encuentra de vez en cuando.
Nota: No es una crítica a la ciudad, ni a los barceloneses. Es una crítica a ALGUNOS barceloneses :)

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Plaza Rovira

Restaurante/Terraza en Plaza Rovira, Gracia. 15:30 de la tarde y, por motivos de mudanza, yo y mi señora con mucho hambre. En la terraza hay un cartel que pone "Menú del Día, 12.50 eur". Aunque es un poco carete, es un día festivo y está todo cerrado, así que nos sentamos.

La carta me recordó, con una sonrisa, a mi época en Buongiorno. Parecía los terms&conditions de un servicio de suscripción premium:
1. En terraza el menú sube a 13.50 (lo cual, con tres cochinos primeros y cuatro cochinos segundos y sin chuletón de por medio, me parece carete)
2. Bebidas de menú: agua (sólo sin gas) o vino de la casa (sin gaseosa). Refrescos, cervezas o agua con gas se paga aparte. En un menú de 13.50 me parece inaceptable...
3. Sólo un postre. El café se paga (no se puede cambiar postre por café).

Pero teníamos hambre y era tarde, así que procedimos a pedir. En mi caso, de primero una fabada y de segundo un bistec con patatas (he dicho ya que tenía hambre?)

El señor (con mala cara y malos modos) nos medio pone la mesa. A Elisa no le pone servilleta, y cuando se la ponemos gruñe un poco. Y el vino de la casa que pedí es infame, y la botella de agua de Elisa de 33cl. Todo perfecto, vamos.

10 minutos después, me avisan de que la fabada se ha terminado. Dado que no había nadie más comiendo a esas horas, me debieran haber avisado antes de pedir, ya que en aquel momento ya se les había debido terminar... en cualquier caso (y ya un poco mosqueado), me pido una ensalada en su lugar.

10 minutos después traen la ensalada y la sopa que pidió Elisa, y me avisan, en ese momento, que bistecs tampoco les quedan. Que me coja otro segundo mientras se me enfría la ensalada (fría).

Resumiendo: me cobras 13.50 por un menú que vale 8.50, no me dejas pedir cerveza o cocacola, el vino que me obligas a tomar es infame, y si no, agua en la botella más canija que se fabrica. No puedo cambiar café por postre. Me tratas y me miras mal, me avisas tarde de que no tienes uno de los primeros... y me avisas no tarde, tardísimo, de que el segundo no lo tienes tampoco, ya con el primero en la mesa (no sea que sea un pijo de esos que suele combinar lo que come de primero con lo que come de segundo).

Nos levantamos en el acto y aún nos insultó un poco el tipo según nos alejábamos.

PS: comí en un restaurante de estos de barrio que ahora llevan chinos, por 9.50, incluyendo postre y café. Y me sonrieron todo el rato. Dios bendiga la globalización...

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