Paella a la fresca

Hoy, en un restaurante al que vamos habitualmente a comer paella los jueves, porque la hacen bastante bien, la verdad.

Estamos en Barcelona a 6 graditos. Insider tips:

- Local con la calefacción apagada - comiendo todos con bufanda. ¿La excusa? Que tiene que venir un técnico a cambiarle el sistema de aire acondicionado por aire caliente. Suponiendo que fuese verdad (que ya te digo yo que no lo es), podría haber llamado hace dos semanitas, que es el tiempo que hace fresquete en Barcelona. ¿Reality check? La señora se quiere ahorrar unos duros en calefacción.

- El menú del día, en los días más fríos de Barcelona, consiste en un primero más segundo. ¿Opciones de primero? Tres ensaladas distintas. Frías las tres, claro. Eso sí, cada una con ketchup de marca distinta.

- Las paellas llegan a la vez - tres calientes, tres frías. Los dos platos con pan, también distintos: uno pan normal, otro pan bollicao. ¿Guerra de clases? I think so.

- Como estábamos todos quejándonos del frío y de la paella y de la mierda de situación, la dueña reacciona y nos regala a cada uno... una mandarina. Believe it or not. Loyalty Plan.

- El remate del tomate: contar los centimillos de lo que cuesta la cuenta de cada uno, básicamente porque todos los días con la tontería de los tickets restaurant la vieja se embolsa unos 50 centimillos por menú de más. Podrías no recontar cuando te pagan en efectivo, CUTRE.

La única gracia del bar es el camarero maricón (no, no es gay - este es bastante maricón) que es muy majo y muy buena persona. Hoy estaba de baja.

Lo mismo me ven otra vez. Porque Les Amo.